Son
una fuente de proteína vegetal. Cada 100 gramos de alimento aportan alrededor
de 350 calorías que se distribuyen en 20 gramos de proteína, 44 de hidratos de
carbono, 5 de grasa y 15 de fibra.
En
las dietas veganas y vegetarianas nunca falta este tipo de legumbre. Su alto
contenido en fibra ayuda a combatir el estreñimiento, disminuir la posibilidad
de sufrir enfermedades intestinales y saciar el apetito.
Disminuye
el colesterol malo y protege contra enfermedades cardiovasculares, ya que son
ricos en vitaminas B1, B2, B9, C, E y K, así como en minerales como calcio,
zinc, magnesio, hierro, potasio y fosforo, lo cual ayuda a mejorar las defensas
del organismo.